La focaccia, ese pan plano de sabor irresistible, es una delicia culinaria que ha conquistado corazones en todo el mundo. Pero, ¿cuál es su origen y cómo ha evolucionado a lo largo de la historia? Acompáñanos en un viaje para descubrir los fascinantes orígenes de la focaccia.
Un Pan con Raíces Antiguas
La historia de la focaccia se remonta a la antigua Roma, donde se la conocía como «panis focacius». El término «focaccia» deriva de la palabra latina «focus», que significa «hoguera» o «fuego». Esto sugiere que la focaccia originalmente se cocinaba sobre las brasas o en las cenizas calientes de un fuego abierto, lo que le daba su característica corteza crujiente.
El Papel de los Romanos
Los romanos eran conocidos por su amor por el pan, y desarrollaron una variedad de recetas de panes planos. La focaccia, en particular, era una opción popular debido a su simplicidad y versatilidad. Los ingredientes básicos eran la harina, el aceite de oliva, la sal y el agua. Estos ingredientes simples se mezclaban para crear una masa que luego se aplanaba y se cocinaba.
Evolución a lo Largo de los Siglos
A medida que el Imperio Romano se expandía por Europa, la focaccia se difundía a través de sus conquistas. Sin embargo, la receta original sufrió cambios a lo largo de los siglos. En Italia, cada región comenzó a desarrollar su propia variante de focaccia, lo que llevó a la creación de numerosos estilos y sabores regionales.
La Focaccia Italiana Clásica
La focaccia que conocemos hoy en día, similar a la Focaccia Genovese de Liguria, se caracteriza por su corteza crujiente y su textura tierna en el interior. Esta versión a menudo se adereza con aceite de oliva, sal marina y, ocasionalmente, hierbas aromáticas como el romero.
Variantes Regionales
Cada región de Italia tiene su propia variante de focaccia. Algunas de las más conocidas incluyen la Focaccia Pugliese, que lleva tomate, aceitunas y orégano, y la Focaccia Barese, que agrega una rica salsa de tomate y pimientos.
La Focaccia en la Actualidad
La focaccia es una delicia versátil que se disfruta en todo el mundo. A menudo se sirve como aperitivo, acompañamiento o como base para sándwiches. Su simplicidad y sabor la han convertido en un favorito en la cocina casera y en las panaderías de todo el planeta.
Receta Focaccia Barese: El Sabor de la Puglia en Tu Hogar
Ingredientes:
Para la Masa:
500 g de harina de trigo (preferiblemente harina de pan o harina 00).
10 g de sal.
10 g de azúcar.
7 g de levadura seca activa.
350 ml de agua tibia.
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Para la Cobertura:
Aceite de oliva virgen extra.
Tomates cherry.
Aceitunas negras.
Orégano seco.
Sal marina.
Albahaca fresca (opcional).
Instrucciones:
Preparación de la Masa:
En un tazón grande, mezcla la levadura seca activa con el azúcar y el agua tibia. Deja reposar durante unos 10 minutos o hasta que la mezcla se vuelva espumosa.
Agrega la harina y la sal a la mezcla de levadura. Comienza a amasar con las manos hasta que los ingredientes se combinen.
Agrega el aceite de oliva y continúa amasando hasta que obtengas una masa suave y elástica. Esto puede llevar unos 10-15 minutos.
Forma la masa en una bola y colócala en un tazón ligeramente engrasado. Cubre el tazón con un paño húmedo y deja que la masa repose y fermente durante al menos 1 hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.
Preparación y Horneado:
Precalienta tu horno a 220°C y coloca una bandeja para hornear en la parte inferior del horno.
En una bandeja para hornear grande y plana, vierte unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra y extiéndelo por toda la superficie.
Voltea la masa fermentada sobre la bandeja para hornear y estírala suavemente con las manos para que cubra toda la bandeja. Deja que la masa descanse durante unos 15 minutos.
Usando tus dedos, haz pequeños hoyuelos en la masa. Esto le dará la textura característica de la focaccia.
Agrega los tomates cherry, las aceitunas negras y el orégano por toda la superficie de la masa.
Rocía generosamente con aceite de oliva virgen extra y espolvorea con sal marina.
Hornea en la parte inferior del horno precalentado durante unos 20-25 minutos o hasta que la focaccia esté dorada en la parte superior y suene hueca al golpearla en la parte inferior.
Una vez lista, sácala del horno y, si lo deseas, añade algunas hojas de albahaca fresca por encima para dar un toque de frescura.